Este batallón ya había sido blanco de un atentado en septiembre de 2024, que dejó tres muertos y 33 heridos. Familiares y compañeros realizaron las exequias en la Catedral Inmaculada Concepción de Neiva, donde el soldado, aunque oriundo de Caquetá, había residido por más de una década con su esposa, Norma Lozano, y sus dos hijos.
Su hija de crianza, Yury Alexandra Lozano, lo recordó como un hombre "muy especial, muy, muy bella persona y muy dedicada a su familia y a su trabajo".
Durante la homilía, el presbítero Edgar Horta calificó el hecho como "algo descabellado, es algo cruel", pero instó a los presentes a no llenarse "el corazón de odio, no se deben llenar el corazón de resentimiento". El Ejército Nacional, a través de su cuenta oficial en X, rindió homenaje al soldado, calificándolo de "Héroe que ofrendó su vida" y asegurando que "su legado jamás será olvidado". La muerte de Ceballos se suma a la de otros 10 uniformados huilenses fallecidos en ataques terroristas durante 2025, evidenciando el persistente sacrificio de la fuerza pública en el país.












