La trágica muerte de una niña de aproximadamente cuatro años tras caer desde un piso alto en un edificio residencial de Bogotá ha conmocionado a la ciudad. El incidente, ocurrido en la mañana del 6 de octubre, ha abierto un debate sobre la seguridad en las viviendas y la supervisión de menores. Los reportes sobre el suceso presentan inconsistencias en cuanto a la ubicación exacta, mencionando las localidades de Engativá, Fontibón (sector Ciudad Salitre) y Suba, así como la altura de la caída, que varía entre el noveno y el décimo piso. La edad de la menor se reporta entre tres y cuatro años. A pesar de estas discrepancias, el hecho central es consistente: la niña se encontraba sola en el apartamento cuando ocurrió el accidente.
Según varias versiones, su madre había salido a realizar una diligencia por unos minutos, dejando a la menor durmiendo.
Al despertar, la niña se habría acercado a una ventana y caído al vacío.
Vecinos y servicios de emergencia acudieron al lugar, y la menor fue trasladada de urgencia a un centro médico, como el Hospital de Engativá, donde, a pesar de los esfuerzos de reanimación, falleció debido a la gravedad de sus heridas. La Subred Norte de Salud confirmó el deceso y activó el acompañamiento en duelo para la familia. La Policía Metropolitana, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y la Fiscalía General de la Nación han iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias exactas de la caída y determinar si existió algún tipo de negligencia.
En resumenEste lamentable suceso subraya la vulnerabilidad de los menores en entornos domésticos y la importancia crítica de la supervisión constante. El caso ha generado un llamado urgente a padres y cuidadores para reforzar las medidas de seguridad en el hogar, como la protección de ventanas y balcones, y ha puesto de relieve la necesidad de campañas de prevención para evitar que tragedias similares se repitan.