La alcaldesa Paola Castillo rechazó contundentemente el hecho y exigió una mayor presencia del Estado, afirmando: “Jamundí merece respeto, merece paz y merece presencia real del Estado”. Este asesinato ocurre en un contexto de alta vulnerabilidad para la población civil en Jamundí, donde la Defensoría del Pueblo ya había emitido una alerta temprana en febrero por los riesgos derivados del control territorial de los grupos armados.