Los tres habían sido reportados como desaparecidos el pasado viernes 26 de septiembre. Los cuerpos de Suárez y Burgos fueron encontrados en avanzado estado de descomposición en una zona rural de Ciénaga, cerca de la quebrada La Aguja Media. Horas más tarde, el cadáver de Torres fue localizado en un punto distinto, en la Troncal de Oriente, en jurisdicción de la Zona Bananera. Todos los cuerpos presentaban presuntos signos de tortura, lo que agrava la brutalidad del crimen. Lo que más ha desconcertado a los investigadores y a la comunidad es la serie de similitudes entre los jóvenes: todos compartían el nombre “David”, tenían edades y contexturas parecidas, y desaparecieron el mismo día en zonas cercanas.
A pesar de estas conexiones aparentes, sus familiares han declarado que no existía un vínculo entre ellos.
Las autoridades de la Policía y la Fiscalía General de la Nación están investigando los móviles del triple homicidio y si existe una relación entre los casos. Una de las pistas que se sigue es el testimonio de que uno de los jóvenes fue visto por última vez subiendo a una motocicleta con un desconocido. La comunidad de Ciénaga, atemorizada, ha realizado vigilias en memoria de las víctimas y exige a las autoridades una respuesta contundente para esclarecer este crimen y reforzar la seguridad en la región.