Las víctimas fueron identificadas como José Robles Rocha, de 24 años y dueño del local; Alejandro Osorio Piñeres, de 24 años, quien trabajaba como barbero; y Jefferson Isacar Villegas Ramírez, de 31 años, un cobradiario que se encontraba en el lugar como cliente. Dos de ellos murieron en el sitio, mientras que el tercero falleció en un centro asistencial. Este hecho representa la masacre número 62 registrada en Colombia durante 2025, según informes de organizaciones de derechos humanos. Las autoridades manejan varias hipótesis sobre los móviles del crimen, entre ellas un ajuste de cuentas relacionado con el negocio de préstamos informales y una posible riña previa por la pérdida de un parlante, en la que estarían involucrados miembros de ‘Los Pepes’. La masacre adquiere una relevancia particular al ocurrir tan solo 24 horas después de que los líderes de ‘Los Costeños’, alias ‘Castor’, y ‘Los Pepes’, Digno Palomino, firmaran un acuerdo desde la cárcel La Picota para cesar homicidios y extorsiones hasta enero de 2026. El violento suceso cuestiona el control real que estos cabecillas tienen sobre sus estructuras en las calles y la fragilidad de los pactos de paz urbana. La comunidad, en medio del luto y el temor, clama por justicia y medidas de seguridad efectivas.