Las víctimas fueron identificadas como Jeferson Isacar Villegas Ramírez, de 31 años; José Robles Rocha, de 24 años y propietario del local; y Alejandro Osorio Piñeres, de 24 años.

Dos de ellos fallecieron en el sitio, mientras que el tercero murió en un centro asistencial.

La Policía Metropolitana ha desplegado un equipo especializado de la SIJIN para esclarecer los móviles, entre los cuales se baraja una hipótesis relacionada con disputas por tierras. La comunidad quedó aterrada, y la familia de Villegas Ramírez vive una profunda consternación.

En medio del dolor, su madre declaró: “Mi bebé era un hombre bueno, quiero ir a verlo y darle un beso, esto es un dolor muy fuerte que solo Dios conoce”. Las desgarradoras súplicas de sus hijos, “Quiero ver a mi papá”, se han convertido en un símbolo del impacto de la violencia en las familias de la ciudad. El suceso ha encendido las alarmas, ya que no se registraba una masacre en Barranquilla y su área metropolitana desde junio, lo que genera interrogantes sobre la fragilidad del acuerdo de paz urbana.