La patrulla intentaba retirar una bandera insurgente.

Además de la muerte del subteniente Bello, de 23 años, los soldados profesionales Santiago Salazar Cardona, Ángelo Ortiz Avendaño y Anuar Segundo Jarariyu Epieyu resultaron heridos.

El gobernador Rendón denunció que las ambulancias que acudieron al rescate también fueron atacadas, constituyendo una grave violación al Derecho Internacional Humanitario.

Tras visitar a los heridos, el mandatario criticó duramente la política de “paz total” del presidente Petro, afirmando que “ha recrudecido la violencia y envalentonado bandidos”. Sostuvo que la situación es resultado del “abandono al que tiene sometida la Fuerza Pública el gobierno nacional”. Como respuesta a la crisis, la Alcaldía de Anorí decretó un toque de queda nocturno hasta el 7 de octubre, y la Gobernación ofreció una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información sobre los responsables. Con este homicidio, la cifra de uniformados asesinados en Antioquia desde 2024 asciende a 55.