La víctima, quien deja huérfana a una niña de 9 años, había estado en un asado familiar con su pareja horas antes del crimen. Familiares afirmaron que no existían antecedentes conocidos de violencia en la relación de dos años. Tras el asesinato, Páez huyó en la motocicleta de la víctima, la cual contaba con un sistema de rastreo GPS que permitió a la Policía Metropolitana de Barranquilla localizarlo en las playas de Salgar, en Puerto Colombia.

Al verse acorralado, intentó quitarse la vida lanzándose al mar, pero fue rescatado y puesto bajo custodia.

Durante la investigación, se encontró una carta en la que el presunto agresor pedía perdón y afirmaba: “no podía seguir aguantando más”. La misiva, dirigida a su familia, también incluía un mensaje para los seres queridos de Yolanda: “Que me perdonen, pero no podía seguir aguantando más, pude hasta aquí”.