Según el toxicólogo Agustín Guerrero, los pacientes que han sobrevivido podrían enfrentar secuelas irreversibles, como ceguera y daños neurológicos similares al Parkinson.

Las autoridades identificaron a Nicolás Manuel Medrano como el presunto fabricante y distribuidor de la bebida, quien irónicamente fue una de las primeras víctimas fatales tras consumir su propio producto.

El licor se vendía en botellas plásticas a precios tan bajos como 2.000 pesos. En respuesta, la Policía Metropolitana ha realizado allanamientos en barrios como Rebolo y Las Nieves, donde se incautaron insumos para la fabricación de licor falso. La Sociedad de Activos Especiales (SAE) confirmó que uno de los predios utilizados para la producción estaba bajo su administración, aunque había sido ocupado ilegalmente. La Alcaldía instaló un Puesto de Mando Unificado (PMU) para monitorear la emergencia y la Procuraduría exigió a las autoridades locales informes detallados sobre los controles para frenar la distribución de estas bebidas.