Las víctimas, identificadas como las primas Brenda del Castillo y Morena Verri, ambas de 20 años, y su amiga Lara Morena Gutiérrez, de 15, desaparecieron el 19 de septiembre tras abordar una camioneta en La Tablada. Sus cuerpos fueron hallados días después, enterrados en el patio de una vivienda. Las autopsias revelaron un nivel de violencia extremo: Lara fue degollada tras sufrir la amputación de dedos y una oreja; Brenda recibió múltiples puñaladas y golpes en el rostro; y Morena murió por una fractura de cuello. La principal hipótesis apunta a un mensaje mafioso de una banda narco liderada por un joven peruano conocido como “Pequeño J” o “Julito”.
Según el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, el crimen fue ordenado para disciplinar a sus subordinados y fue transmitido en vivo a un grupo privado de Instagram con 45 espectadores. Las autoridades han detenido a doce personas, y uno de los capturados poseía un celular con la grabación del crimen. El caso es investigado como un ajuste de cuentas narco, pero organizaciones feministas exigen que se trate con perspectiva de género, calificándolo como un “femicidio en masa”.