Una emergencia de salud pública sacude a Barranquilla, donde el consumo de un licor artesanal adulterado, conocido como 'cococho', ha causado la muerte de al menos once personas y mantiene a varias más en estado crítico. La tragedia ha puesto en evidencia los graves riesgos del mercado ilegal de bebidas alcohólicas en poblaciones vulnerables. La crisis se desató el 23 de septiembre, afectando principalmente a habitantes del sector El Boliche, en el centro de la ciudad, entre ellos vendedores ambulantes, coteros y habitantes de calle. Las autoridades sanitarias confirmaron la presencia de metanol, un alcohol industrial altamente tóxico, en las muestras analizadas de las víctimas. La secretaria de Salud, Stephanie Araujo, informó que los pacientes presentaron síntomas de acidosis metabólica severa, dificultad respiratoria, alteraciones de conciencia y, en algunos casos, ceguera. El sobreviviente Ricardo Manuel Molina Enríquez, de 60 años, relató los agónicos momentos que vivió: “Primero se me cortó la respiración, después vinieron los mareos y la visión se me apagó.
Sentía el estómago inflamado como si fuera a explotar”.
La investigación reveló que el licor se fabricaba en una vivienda del barrio Las Nieves, un predio administrado por la Sociedad de Activos Especiales (SAE) que había sido invadido. Irónicamente, el presunto fabricante y distribuidor, Nicolás Manuel Medrano, fue una de las primeras víctimas fatales tras consumir la bebida.
Las autoridades instalaron un Puesto de Mando Unificado (PMU) para monitorear la emergencia y han realizado allanamientos en los que se incautaron insumos para la fabricación del licor, que se vendía en botellas plásticas por cerca de 2.000 pesos.
En resumenLa intoxicación masiva en Barranquilla, que ha cobrado 11 vidas, fue causada por el consumo de 'cococho', un licor artesanal con metanol. La tragedia ha expuesto la vulnerabilidad de la población de calle y la existencia de fábricas clandestinas, una de ellas en un predio de la SAE, lo que ha derivado en una alerta sanitaria y operativos policiales para frenar la distribución del producto letal.