Versiones preliminares sugieren que el cadáver habría sido amarrado a una motocicleta y arrojado al río. La familia de la víctima había iniciado una intensa búsqueda después de recibir mensajes de texto sospechosos desde el celular de Marian, con errores ortográficos inusuales en ella, que afirmaban que estaba en una vereda y que su hijo estaba con el padre. La alarma creció cuando confirmaron que el niño no había sido llevado a la guardería ese día.
Las autoridades han emitido una orden de búsqueda a nivel nacional para localizar a Rua y al menor, y no descartan emitir una circular roja de Interpol. El caso ha puesto de relieve la persistente violencia de género y los riesgos que enfrentan las mujeres al intentar terminar relaciones abusivas.