Las autoridades iniciaron las investigaciones para determinar los móviles del crimen.
Versiones extraoficiales indican que Parra Arango se desempeñaba como minero en Buriticá, Antioquia, y se encontraba en Medellín disfrutando de un periodo de descanso. Se presume que tenía una mina de oro en sociedad con otra persona en el occidente antioqueño, y se investigan sus posibles nexos con la delincuencia organizada, lo que podría estar relacionado con el ajuste de cuentas.