Según la Fiscalía, el ataque se produjo con un machete después de que el niño insistiera en salir a jugar. La investigación reveló que tanto el menor como su madre vivían un ciclo constante de violencia. La abuela de Nairkel denunció que su hija y nieto fueron mantenidos encerrados durante seis días bajo amenazas.

El padre biológico del niño, quien reside en Venezuela, ha pedido ayuda para repatriar el cuerpo. El funeral del menor, al que asistió el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, se convirtió en un acto simbólico de rechazo a la violencia infantil, con flores y globos blancos. El alcalde expresó su dolor afirmando: “Uno ver un ataúd de ese tamaño… duele mucho, duele el alma”.

El caso ha provocado pronunciamientos del ICBF y la activación de medidas de protección para la madre de la víctima, quien también fue agredida durante los hechos.