Los atacantes la obligaron a bajar del vehículo y le dispararon en la cabeza. A pesar de los esfuerzos de los campesinos de la zona y de ser trasladada de urgencia al hospital Universitario San José en Popayán, falleció la noche del 10 de septiembre debido a la gravedad de la herida. La víctima era ampliamente reconocida en la comunidad por su trabajo en el cuidado de la primera infancia en un jardín comunitario.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) rechazó categóricamente el crimen, describiendo a Guzmán Macías como una mujer que "se consagró con determinación, con devoción, a cuidar y proteger a los niños y niñas de su comunidad". La institución hizo un llamado urgente a los actores armados para que cesen la violencia, afirmando que "las madres comunitarias son guardianas de la niñez y constructoras de paz en los territorios". El homicidio ocurrió en una zona con fuerte presencia del ELN, que mantiene una disputa territorial con disidencias de las Farc, dejando a la población campesina en medio del conflicto.