Dos soldados profesionales oriundos del Huila, Danier Felipe Muñoz Ortiz y Cristian Andrés Hernández Jiménez, fueron asesinados en un ataque con un dron explosivo atribuido a la guerrilla del ELN en el sur de Bolívar, un hecho que evidencia la persistencia y evolución de las tácticas de guerra en el conflicto colombiano. El ataque ocurrió el 9 de septiembre en la vereda San Isidro, en los límites entre los municipios de Santa Rosa y Morales. Las tropas del Batallón de Operaciones Terrestres N.° 8 se encontraban en desarrollo de operaciones militares cuando fueron impactadas por artefactos explosivos lanzados desde un dron. Muñoz Ortiz, de 25 años y oriundo de Oporapa, y Hernández Jiménez, de Tello, fallecieron en el lugar a pesar de los esfuerzos de los enfermeros de combate.
Otros cuatro soldados resultaron heridos por las esquirlas.
El Ejército Nacional y el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, rechazaron el acto, calificándolo como una "barbarie", una "grave violación de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario". El padre de Danier Felipe Muñoz relató a LA NACIÓN que su hijo llevaba seis años en el Ejército y soñaba con comprar un apartamento para ayudar a su familia de escasos recursos. La familia vivía con la constante preocupación por el peligro de la zona donde servía.
Este crimen se suma a una lista de al menos 11 miembros de la Fuerza Pública del Huila asesinados en lo que va del año 2025, lo que ha llevado a congresistas como Julio César Triana a exigir mayor inversión en tecnología para las Fuerzas Militares.
En resumenEl asesinato de dos soldados con un dron explosivo por parte del ELN en Bolívar no solo enluta a dos familias huilenses, sino que también subraya la brutalidad continua del conflicto armado y el uso de nuevas tecnologías para perpetrar actos de guerra, generando una enérgica condena institucional y llamados a fortalecer las capacidades de la Fuerza Pública.