Según un informe preliminar, salió de su apartamento a las 5:58 a.m. y, horas después, fue visto intentando ingresar al hotel, donde tuvo un altercado con el personal de seguridad y rompió un vidrio.

Testigos afirmaron que Ávila comenzó a presentar espuma por la boca antes de fallecer.

Las autoridades investigan la posibilidad de un ataque con escopolamina. La situación se torna más compleja debido a que sus documentos de identidad habían desaparecido y varias de sus pertenencias, como el disco duro de un computador y un celular, fueron encontradas destruidas. La Fiscalía tiene en su poder un segundo celular del exfuncionario, que contiene conversaciones en las que Ávila denunciaba recibir amenazas, presuntamente de una expareja, y expresaba temor de que esta persona estuviera ingresando a su apartamento sin permiso. En los chats, un allegado le aconsejaba no dejarse chantajear, ya que le estarían exigiendo fuertes sumas de dinero.

La investigación se centra en esclarecer lo ocurrido en el lapso de casi cinco horas entre su salida del hogar y su muerte, así como en determinar la veracidad de las amenazas y su posible relación con el deceso.