El doble homicidio ha conmocionado al norte del Valle del Cauca, una región afectada por la creciente violencia de grupos armados. Los esposos fueron sacados a la fuerza de su propiedad en la vereda Alto Coloradas, corregimiento de San Antonio, municipio de Sevilla, el pasado 31 de agosto. Tres días después de la liberación de la médica Daniela Hernández en la misma zona, los cuerpos de la pareja fueron hallados enterrados en una zona boscosa de la vereda Altomira, en jurisdicción del municipio de Tuluá. Una operación conjunta de la Policía y el CTI de la Fiscalía permitió localizar los cadáveres, que, según reportes preliminares, presentaban evidentes signos de tortura, estaban atados de pies y manos y tenían heridas de arma blanca. Las autoridades manejan varias hipótesis sobre el móvil del crimen, incluyendo conflictos por tierras o la acción de grupos armados ilegales que delinquen en la zona montañosa del centro del Valle, como disidencias del Frente 57 “Yair Bermúdez” de las Farc. Familiares y líderes comunitarios recordaron a la pareja como personas trabajadoras y sin antecedentes judiciales, exigiendo justicia y mayor presencia estatal para garantizar la seguridad en las áreas rurales, donde denuncian un aumento de la intimidación y la extorsión.
