La principal controversia radica en que dicha zona ya había sido inspeccionada en múltiples ocasiones.

El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, calificó de “improbable que el cuerpo hubiese estado allí desde entonces”, sugiriendo que pudo haber sido colocado recientemente, lo que refuerza la hipótesis de un homicidio. El abogado de la familia, Julián Quintana, anunció que solicitará el cierre del colegio por presunta negligencia y posible alteración de la escena del crimen. El 31 de agosto, una multitudinaria caravana fúnebre acompañó a la familia en Cajicá, donde se decretaron tres días de duelo.

En un emotivo discurso durante el sepelio, su padre, Manuel Afanador, expresó: “Con mi alma partida en pedazos, le devuelvo a Dios ese angelito que me mandó”.

La Fiscalía General de la Nación confirmó la identidad del cuerpo y asumió la investigación bajo la hipótesis de homicidio, mientras la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo han exigido celeridad y justicia para que el crimen no quede en la impunidad.