La violencia en el corredor vial Panamericano, entre Cauca y Nariño, cobró la vida de dos jóvenes oriundos del municipio de Guachucal. Adrián Marcillo, de 30 años, y Paola Tobar, de 19, fueron asesinados en medio de un enfrentamiento entre el Ejército Nacional y un grupo armado ilegal en el sector de El Túnel, entre Popayán y Cajibío. Según versiones preliminares, los jóvenes se transportaban en un vehículo tipo turbo que transportaba un cargamento de queso cuando fueron detenidos en un presunto retén ilegal instalado por hombres armados. En ese momento, se produjo un enfrentamiento con tropas del Ejército que se encontraban en la zona.
Las circunstancias exactas de sus muertes son materia de investigación, pero los reportes iniciales indican que sus cuerpos fueron hallados calcinados dentro del vehículo, lo que ha generado una profunda consternación. El brigadier general Alirio Aponte, comandante de la Brigada 29 del Ejército, informó que en el operativo fue capturado un presunto integrante del grupo armado y se incautó material de guerra. Los cuerpos de las víctimas fueron trasladados a la morgue de Popayán para los trámites de identificación y reclamación por parte de sus familiares. Este trágico suceso ha causado gran indignación en las comunidades de Nariño y Cauca, y vuelve a poner de manifiesto el grave riesgo que enfrenta la población civil en este corredor vial estratégico, donde la presencia de grupos armados y los constantes enfrentamientos los dejan atrapados en el fuego cruzado.
En resumenEl asesinato de Adrián Marcillo y Paola Tobar es un doloroso reflejo de la persistente violencia en la vía Panamericana, donde la población civil sigue siendo la principal víctima del conflicto armado. Este hecho exige una respuesta contundente de las autoridades para garantizar la seguridad en corredores estratégicos y proteger la vida de quienes transitan por ellos, en medio de una situación de orden público que sigue deteriorándose en el suroccidente del país.