Representó a Colombia en múltiples competencias internacionales, consolidándose como un embajador del deporte.
Su trayectoria estuvo marcada no solo por sus logros deportivos, sino también por un evento que demostró su resiliencia.
El 21 de julio de 2023, mientras entrenaba en San Andrés, sobrevivió al ataque de un tiburón oceánico de puntas blancas, un hecho que capturó la atención nacional y del que logró recuperarse para continuar con su pasión. Su muerte, cuyas causas no fueron detalladas en los artículos, representa una pérdida significativa para la comunidad deportiva del país, que lo recuerda como un pionero y un inspirador para nuevas generaciones de apneistas. Su legado perdura en los récords que estableció y en su incansable labor por dar a conocer una disciplina que combina la exigencia física con una profunda conexión con el océano.