La muerte de Luz Viviana Hernández Aguilar, de 37 años, en el corregimiento de San Antonio de Prado, Medellín, ha sido catalogada como un feminicidio que evidencia un historial de maltrato y celos. El presunto responsable, su expareja sentimental, fue capturado minutos después del ataque, que ocurrió en el lugar de trabajo que ambos compartían. El crimen tuvo lugar el domingo 24 de agosto, cuando Hernández Aguilar, quien se desempeñaba como cocinera en una fonda, fue atacada con un arma cortopunzante. Recibió cinco heridas letales en la cabeza y el cuello, y aunque fue trasladada a la Clínica Antioquia en Itagüí, llegó sin signos vitales. El presunto agresor, identificado como Ángel David González Castro, un joven venezolano de 23 años que trabajaba en las caballerizas del mismo establecimiento, intentó huir por una zona boscosa pero fue detenido por la policía. Personas cercanas a la víctima relataron que ella había terminado una relación de tres años con González Castro hacía dos meses, debido a sus “celos enfermizos” y constantes amenazas.
A pesar de la separación, la convivencia laboral los mantenía en contacto.
El ataque fue descrito como brutal y premeditado.
Tras el crimen, la comunidad de San Antonio de Prado se congregó en una velatón para honrar la memoria de Luz Viviana y exigir al Estado mayor protección para las mujeres víctimas de violencia doméstica.
El caso ha generado una fuerte reacción social, con un llamado a que el responsable reciba una condena ejemplar.
En resumenLuz Viviana Hernández Aguilar, de 37 años, fue asesinada por su expareja en su lugar de trabajo en San Antonio de Prado, Medellín. La víctima había terminado la relación dos meses antes por los celos y amenazas del agresor, quien fue capturado tras el crimen. El feminicidio ha provocado una fuerte reacción comunitaria que exige justicia y el fin de la violencia de género.