A pesar de la separación, la convivencia laboral los mantenía en contacto.

El ataque fue descrito como brutal y premeditado.

Tras el crimen, la comunidad de San Antonio de Prado se congregó en una velatón para honrar la memoria de Luz Viviana y exigir al Estado mayor protección para las mujeres víctimas de violencia doméstica.

El caso ha generado una fuerte reacción social, con un llamado a que el responsable reciba una condena ejemplar.