El asesinato de Hernández Romero, descrito por sus vecinos como una persona servicial y dedicada a la comunidad, intensificó el clamor por mayor presencia policial y estrategias de seguridad efectivas. Tras la tragedia, las autoridades iniciaron un operativo revisando cámaras de seguridad y realizando labores de vecindario para identificar a los dos asaltantes. Este episodio de violencia sirve como un llamado de atención urgente para implementar acciones más contundentes y coordinadas contra la criminalidad que afecta a Galapa y sus alrededores.
