Una creciente súbita en la quebrada La Vegana, en el municipio de Aguazul, Casanare, provocó una tragedia familiar que dejó dos mujeres sin vida y a una menor de dos años desaparecida. El suceso evidencia los peligros de los fenómenos naturales en las zonas rurales del país durante la temporada de lluvias. El incidente ocurrió en la tarde del 21 de agosto, cuando tres integrantes de una misma familia intentaban cruzar el afluente para llegar a su vivienda. Las víctimas, identificadas como Doris Rocío Quesada, de 45 años, y su hija Liliana Esmeralda Gómez Quesada, de 25, fueron arrastradas por la fuerza de la corriente.
Sus cuerpos fueron hallados sin vida horas más tarde, aproximadamente a tres kilómetros río abajo del punto donde ocurrió el hecho.
La tercera víctima es Estefany Samara Guerrero Gómez, de apenas dos años, hija de Liliana y nieta de Doris, quien continúa desaparecida. La emergencia fue reportada a las autoridades de Gestión del Riesgo municipal alrededor de las 10:00 p.m., después de que familiares y vecinos iniciaran una búsqueda por su cuenta al notar la ausencia de las tres mujeres. Desde las primeras horas del 22 de agosto, organismos de socorro como el Cuerpo de Bomberos de Aguazul, junto a personal de la alcaldía y la comunidad, adelantan una intensa labor de búsqueda para localizar a la menor.
En resumenLa muerte de Doris Quesada y Liliana Gómez, y la desaparición de la pequeña Estefany, es un doloroso recordatorio de la vulnerabilidad de las comunidades rurales frente a las crecientes súbitas. La tragedia en Aguazul subraya la necesidad de fortalecer los sistemas de alerta temprana y las medidas de precaución para evitar que las fuertes lluvias sigan cobrando vidas.