El detenido fue puesto a disposición de la Fiscalía para su judicialización por el delito de homicidio. El suceso ha generado una gran conmoción en la comunidad de El Cerrito y en el entorno del futbolista Jefferson Lerma, actual jugador del Crystal Palace, quien hasta el momento no ha emitido declaraciones públicas. Tras el asesinato, las autoridades locales convocaron un consejo de seguridad para analizar la situación y fortalecer las medidas de prevención en el municipio.
Asesinan a primo del futbolista Jefferson Lerma en El Cerrito, Valle
Un trágico hecho de violencia en el municipio de El Cerrito, Valle del Cauca, cobró la vida de José Luis Sinisterra Moreno, primo del futbolista de la Selección Colombia Jefferson Lerma. El hombre de 35 años fue asesinado de un disparo en la cabeza al intervenir en una riña para defender a un habitante de calle. Según las versiones preliminares de las autoridades, los hechos se desencadenaron cuando Sinisterra intentó mediar en una agresión contra una persona en situación de calle. El coronel Pedro Pablo Astaiza, subcomandante de la Policía del Valle, explicó que “los hechos se presentaron en medio de una discusión entre la víctima y el hoy capturado, la cual derivó en un forcejeo”. Durante el altercado, uno de los involucrados desenfundó un arma de fuego y le disparó a Sinisterra. Aunque en un video se observa que es subido a una motocicleta para ser auxiliado, la gravedad de la herida le causó la muerte. La rápida reacción de las autoridades permitió la captura en flagrancia del presunto responsable, a quien se le incautó una pistola calibre 9 milímetros con un proveedor y tres cartuchos.



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Las autoridades sorprendieron a los sospechosos en flagrancia, incautando armas y munición durante el operativo.

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Hasta ahora, 16 niños muertos, ¿vendrán más? egutierrez Dom, 23/11/2025 - 08:43 Rodrigo López Oviedo Dom, 23/11/2025 - 08:43 Estos hechos son aún más deplorables por haber sido ordenados por el presidente Petro, a quien vimos censurar hechos similares cuando fungía como congresista. PUBLICIDAD Como si hubiera sido poca la preocupación que nos produjo el bombardeo ocurrido en el Guaviare, que dejó a 7 madres llorando la muerte de sus adolescentes hijos, hemos sabido después, por boca de la subdirectora de la fundación Pares, que ya antes, entre agosto y este luctuoso día, se habían producido tres bombardeos más con otros seis menores muertos, a los cuales habría que agregar los que pudieron caer en otras doce operaciones similares realizadas en este 2025.Estos hechos son aún más deplorables por haber sido ordenados por el presidente Petro, a quien vimos censurar hechos similares cuando fungía como congresista. No puede ser que ahora, gracias a un enroque presidencial, este tipo de hechos se hayan vuelto aceptables y que Petro los justifique con argumentos traídos de los cabellos, como el de que las víctimas de reclutamiento forzado son también “objetivos militares legítimos” y que como tal hay que tratarlos.Refiriéndose a este último bombardeo, dice el señor presidente que fue la respuesta a una emboscada en la que estaban en riesgo inminente de caer 20 soldados. Esta es una justificación difícil de creer, ya que por informaciones anteriores sabíamos que lo bombardeado había sido un campamento, y desde un campamento es muy difícil emboscar a nadie. Adicionalmente, tampoco es creíble que la emboscada fuera inminente, ya que entre la orden de bombardear y el bombardeo mismo transcurrieron tres días.Pues no, señor presidente, antes que bombas lo que requieren estos menores es que, a cambio de revictimizarlos a costa de su propia vida, se les reconozca como titulares del derecho a protección especial, lo cual obliga a que cualquier operativo militar que pueda afectarlos se preceda de un caudal suficiente de precauciones que eviten desenlaces como los que hoy lamentamos. La única razón que podría explicar su cambio de actitud, de supeditar la condición de víctimas del conflicto de estos menores a la de “objetivos militares legítimos”, es que esté cediendo a la exigencia de resultados militares que demanda la derecha.Señalemos finalmente una nueva preocupación, y es la de que, también por orden presidencial, los bombardeos continuarán, y esto nos coloca ante una disyuntiva: irnos acostumbrando pasivamente a ser testigos de que se sigan ejecutando, o rechazarlos desde las calles, ahora sin la venia presidencial e, incluso, contra su voluntad. La respuesta no puede ser otra que la de evitar convertimos en cómplices, como lo fuimos al permitir que 16 billones de pesos, que podrían servir para atender necesidades apremiantes, se hubieran destinado a la compra de aviones de guerra. Y guerra no es lo que necesitamos. Necesitamos paz.





