La veterinaria Juliana Peña detalló que Indira era un ejemplar geriátrico y que, a pesar de los esfuerzos médicos, sufrió un paro cardiorrespiratorio irreversible. La necropsia preliminar confirmó que padecía una insuficiencia renal aguda, condición que se habría exacerbado por el shock y la pérdida de sangre. El Zoológico de Cali expresó su profundo pesar, declarando que "la vida y la muerte hacen parte del mismo camino" y que el recuerdo de Indira, quien vivió más de 15 años en la institución, perdurará. El incidente ha provocado una fuerte reacción pública, incluyendo la de la senadora Esmeralda Hernández, quien cuestionó el cautiverio de especies no nativas. En su cuenta de X, afirmó: “Animales tan majestuosos no deben ser condenados a una cárcel de por vida. Necesitan su hábitat, no un encierro con fines de entretenimiento”. El caso subraya los complejos desafíos del manejo de grandes felinos en cautiverio y la responsabilidad de garantizar su bienestar.