Este cambio afectaría directamente a una amplia gama de contribuyentes, desde personas que venden una propiedad hasta quienes reciben un patrimonio familiar.

El proyecto especifica que la nueva tarifa del 30% aplicaría tanto a personas naturales como a sociedades y entidades.

Adicionalmente, se contempla un incremento aún mayor para los premios obtenidos en juegos de azar, rifas y apuestas, cuya tasa pasaría del 20% al 33%.

Esto significa que por cada millón de pesos ganado en una lotería, 330.000 pesos se destinarían a impuestos.

La propuesta también endurece las condiciones para que la venta de un activo sea considerada ganancia ocasional, aumentando el tiempo mínimo de tenencia de dos a cuatro años. Si un activo se vende antes de cumplir este período, la utilidad sería gravada como renta ordinaria, lo que podría resultar en una carga fiscal superior. Asimismo, se planea modificar las exenciones existentes, vinculándolas al valor de la Vivienda de Interés Social (VIS) y reduciendo el umbral exento para indemnizaciones de seguros.

Estas medidas han generado inquietud entre inversionistas y ciudadanos, quienes anticipan un impacto significativo en sus finanzas personales y decisiones patrimoniales.