Actualmente, la compra de estos vehículos ofrece ahorros significativos a los contribuyentes, como la posibilidad de descontar hasta el 31,5 % del impuesto de renta neto, lo que ha impulsado su popularidad en el mercado colombiano.

La discusión sobre mantener o modificar estos beneficios es compleja.

Por un lado, el Gobierno busca aumentar el recaudo y eliminar exenciones que considera costosas para el fisco.

Por otro lado, los defensores de la movilidad sostenible argumentan que los incentivos son cruciales para acelerar la adopción de tecnologías menos contaminantes y cumplir con las metas ambientales del país. La propuesta de gravar los vehículos híbridos se enmarca en una revisión general de los impuestos al consumo y los tributos ambientales. La decisión final que tome el Congreso sobre este punto será determinante para el futuro del mercado de vehículos de bajas emisiones en Colombia, ya que podría encarecer su adquisición y ralentizar el ritmo de la transición energética en el sector del transporte.