El proyecto de reforma tributaria del Gobierno Petro enfrenta un panorama complejo en el Congreso, marcado por la falta de consenso, la baja asistencia de los legisladores y un plazo legal que se agota. A pesar de los ajustes presentados por el Ministerio de Hacienda, las bancadas no se muestran convencidas y crece la propuesta de archivar la iniciativa para que sea el próximo gobierno quien asuma la tarea fiscal. La primera reunión de coordinadores y ponentes en las comisiones económicas no logró construir una ponencia conjunta, evidenciando la falta de apoyo. La representante Olga Lucía Velásquez señaló la notoria ausencia de senadores y afirmó que “no existe un ambiente favorable para su discusión”.
En este contexto, ha ganado fuerza una propuesta alternativa: priorizar el debate del proyecto de ley de reactivación económica (Proyecto de Ley 031 de 2025), que incluye amnistías tributarias y podría generar ingresos de entre $16 y $20 billones. El exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, fue más allá y pidió directamente al Congreso “rechazar la reforma tributaria”, argumentando que “no le ayuda al país” porque grava a sectores que ya pagan tarifas altas.
Propone, en cambio, recortar gastos en el Gobierno.
Con un plazo que vence el 20 de noviembre para tener ponencia y solo 11 días para su aprobación total antes de que termine la legislatura, los tiempos son extremadamente justos, considerando que la reforma más rápida en la historia reciente tardó 52 días. Si la iniciativa no avanza, el Presupuesto General de la Nación de 2026 quedaría desfinanciado, con un hueco fiscal significativo.
En resumenLa reforma tributaria del gobierno enfrenta un fuerte rechazo político y plazos muy ajustados en el Congreso. La falta de consenso y la propuesta de priorizar un plan de reactivación económica alternativo amenazan con hundir la iniciativa, dejando un considerable vacío fiscal para el presupuesto de 2026.