Para las empresas, en particular las pymes con procesos internos menos robustos, este escenario representa un desafío significativo, ya que una sanción inmediata puede afectar su liquidez y continuidad operativa. El cambio obliga a las compañías a pasar de un enfoque reactivo de corrección a uno preventivo, donde la gestión tributaria se convierte en un factor estratégico para la supervivencia y competitividad en el mercado.
