Afirmó que “el país tiene un problema fiscal grande que necesita resolver, y es natural que las empresas que tienen más utilidades contribuyan más”. Sostuvo que las utilidades de los bancos están aumentando, con solo cinco entidades reportando pérdidas a la fecha, lo que justifica una mayor contribución. Sin embargo, Ferrari también reconoció que, a largo plazo, la estructura tributaria del país debería orientarse a aumentar los impuestos a las personas naturales en lugar de a las empresas, una visión contraria a la propuesta actual del Gobierno. Por otro lado, críticos como José Manuel Restrepo señalan al sector financiero como uno de los principales objetivos de una política fiscal que ataca sectores clave de la economía. Argumentan que elevar la tributación nominal por encima del 50 % desincentiva la inversión y la competitividad, en un momento en que el país compite globalmente por capital.

Esta visión advierte que una carga fiscal excesiva sobre los bancos podría traducirse en un crédito más caro y menor disponibilidad de financiación para otros sectores productivos.