Estas medidas habían generado fuertes críticas por su potencial impacto inflacionario, afectando directamente el costo de vida de los ciudadanos y los costos operativos de las empresas. El retiro de estos impuestos representa un alivio significativo para los consumidores y los sectores productivos, y demuestra la interdependencia entre la negociación del presupuesto y la política fiscal del Gobierno. Con este cambio, se espera que el recaudo proyectado de la reforma tributaria se reduzca a aproximadamente $16,2 billones.
