012101 de 2025, consisten principalmente en dos beneficios.

El primero es una deducción especial en el impuesto sobre la renta, que permite a los contribuyentes descontar una parte del valor del vehículo en su declaración anual, lo que reduce la base gravable y, por ende, el impuesto a pagar. El segundo es la exclusión del Impuesto sobre las Ventas (IVA), lo que se traduce en un ahorro directo y significativo en el precio de compra del automóvil. Para acceder a estos beneficios, es indispensable cumplir con ciertos requisitos: el vehículo debe ser para uso personal y no para fines comerciales, y debe contar con la certificación emitida por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), que valida que el automóvil cumple con los estándares de eficiencia energética exigidos. La DIAN ha aclarado que estas ventajas no aplican a empresas y que es fundamental que las compras se realicen cumpliendo todas las normativas de facturación.

Esta política se alinea con los objetivos de sostenibilidad del país, incentivando la reducción de emisiones contaminantes y promoviendo un consumo más responsable.