Según ANIF, la reforma se equivoca en su diagnóstico y en sus soluciones.
En lugar de proponer una reducción del gasto público, que consideran indispensable, el proyecto busca financiar un mayor gasto "en un contexto donde el presupuesto ya crece a un ritmo difícil de justificar". El análisis del centro de pensamiento sostiene que muchas de las propuestas desincentivan el ahorro y la inversión, restringen el crecimiento económico y podrían ser ineficaces para garantizar el recaudo a mediano y largo plazo. Específicamente, ANIF cuestiona la efectividad de un impuesto al patrimonio, argumentando que genera una doble tributación y podría provocar una fuga de capitales, afectando la inversión y, paradójicamente, la recaudación del impuesto sobre la renta. En su lugar, proponen una reforma que amplíe la base imponible del impuesto de renta y replantee el esquema del IVA. La postura de ANIF es clara: "una estrategia fiscal responsable debe partir de una reducción significativa del gasto público".
Consideran que la tarea de ajustar las finanzas públicas mediante recortes será un desafío pendiente para la próxima administración si no se aborda ahora.