Esta expansión del gasto, combinada con un recaudo que no cumple las expectativas, proyecta un déficit fiscal del 7,1 % del PIB para el cierre del año.

El centro de estudios ANIF critica que, a pesar de la necesidad de austeridad, "el Gobierno se ha negado a hacer un recorte sustancial". La situación fiscal es una de las razones esgrimidas por el Gobierno para justificar la reforma tributaria, mencionando presiones como el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). Sin embargo, para analistas como los de Fedesarrollo y ANIF, la solución debería partir de una reducción del gasto antes que de un aumento de impuestos.