La reforma tributaria propone una serie de nuevos gravámenes al consumo que afectarían a sectores como el de bebidas alcohólicas, entretenimiento y juegos de suerte y azar. Estas medidas han provocado una enérgica reacción de los gremios involucrados, que advierten sobre un impacto negativo en la industria, el empleo y los consumidores. El proyecto contempla un incremento en los impuestos a licores, vinos, cervezas y refajos, así como un nuevo impuesto al consumo del 19% para actividades de esparcimiento y eventos culturales y deportivos cuyas entradas superen un valor determinado.
Camilo Ospina Guzmán, presidente de Asobares, manifestó su preocupación por el “incremento desproporcionado” de estos gravámenes. Por su parte, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, calificó la medida como un “despropósito” que “limita el acceso de los ciudadanos a la cultura y pone en riesgo la sostenibilidad del sector de espectáculos públicos”. Los gremios argumentan que estos impuestos no solo encarecerán los productos y servicios, sino que también podrían fomentar el contrabando y la informalidad, lo que a su vez reduciría el recaudo de impuestos departamentales como el impuesto al consumo, que financia la salud y el deporte en las regiones. Además, señalan que esto representa un retroceso frente a la Ley de Espectáculos Públicos, que ha fortalecido la infraestructura cultural del país.
En resumenLa propuesta de aumentar los impuestos al consumo en sectores de entretenimiento y bebidas alcohólicas enfrenta una fuerte oposición gremial, que alerta sobre el riesgo de afectar la viabilidad de estas industrias y el acceso de los ciudadanos a la cultura.