Sin embargo, esta visión es rebatida por gremios y analistas.

La Cámara de Comercio de Montería y la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos) advierten que, dado que más del 90% de la movilidad en el país depende de combustibles fósiles, el alza encarecerá el transporte de alimentos y bienes, afectando directamente la canasta familiar. La Corporación de Transportadores Urbanos de Medellín (CTU) alertó que esta medida podría incrementar el pasaje de bus en $800, llevándolo a $4.200. En respuesta a las críticas, el presidente Gustavo Petro afirmó que “el pobre no usa casi la gasolina”, un comentario que generó una fuerte reacción social y fue calificado como una desconexión con la realidad de millones de colombianos que dependen de motocicletas y del transporte público. Ante la presión, el Gobierno habría accedido a eliminar esta propuesta como parte de las negociaciones en el Congreso.