Sin embargo, ha generado un amplio rechazo de diversos sectores.

Críticos como el exministro José Antonio Ocampo y el columnista Horacio Gómez señalan que la reforma es innecesaria si se frena el "despilfarro y del derroche" en la burocracia estatal. Gremios como la ANDI, a través de su presidente Bruce Mac Master, y analistas económicos advierten que el proyecto es regresivo y podría tener un impacto negativo en la economía, afectando la competitividad, el empleo y la confianza inversionista. Se argumenta que la carga tributaria recae desproporcionadamente sobre la clase media y los consumidores, con aumentos en impuestos indirectos que podrían elevar la inflación. El presidente Petro ha defendido la reforma, asegurando que se enfoca en "los ricos, que no pagan impuestos en Colombia", una afirmación que es fuertemente rebatida por el contenido del proyecto que grava ampliamente el consumo.