Sin embargo, esta idea generó un rechazo casi unánime.

El representante Wilmer Castellanos explicó la razón del cambio de postura del Gobierno: “el incremento del IVA a los combustibles, a la gasolina y al ACPM ya no va porque el aumento del IVA es directamente proporcional al incremento de los precios de la canasta básica familiar”. Esta afirmación contrasta fuertemente con la controversial declaración del presidente Petro de que “el pobre no usa casi la gasolina”, la cual fue ampliamente criticada por desconocer que el costo del transporte de alimentos y personas repercute directamente en los precios que pagan todos los consumidores. Gremios, analistas y ciudadanos señalaron que el 90% de lo que se mueve en Colombia depende del transporte terrestre, por lo que cualquier alza en los combustibles se traduce en un encarecimiento generalizado. La eliminación de este punto de la reforma es, por tanto, una de las concesiones más importantes del Ejecutivo para calmar el debate público y facilitar la negociación política de los demás artículos del proyecto.