En medio de un complejo panorama político y una fuerte resistencia a nuevos impuestos, el Gobierno Nacional habría autorizado una reducción de $10 billones en su propuesta de reforma tributaria. Esta concesión, revelada por congresistas, busca generar consensos en el Congreso y asegurar la financiación del presupuesto de 2026, evitando que la iniciativa se hunda por completo. El representante Wilmer Castellanos, presidente de la Comisión Tercera de la Cámara, fue uno de los primeros en anunciar la disposición del Ejecutivo, afirmando que el presidente Gustavo Petro dio “vía libre” para el ajuste. Esta reducción disminuiría el recaudo esperado de $26,3 billones a aproximadamente $16,3 billones, y en consecuencia, el presupuesto pasaría de $557 billones a $547 billones. La medida es vista como un movimiento estratégico para negociar con un Congreso dividido, donde existen propuestas de recortes aún más drásticos, que van desde los $26 billones hasta los $39 billones.
Castellanos destacó la actitud dialogante del Ejecutivo: “El Gobierno ha estado muy dispuesto al diálogo, debo decir que el presidente de la República y el ministro de Hacienda han estado muy dispuestos a dialogar”. Esta flexibilidad contrasta con posturas iniciales más rígidas y refleja la conciencia del Gobierno sobre la dificultad de aprobar la reforma en su totalidad, especialmente en un año preelectoral. La representante Támara Argote, del Pacto Histórico, también confirmó la voluntad de conversar sobre las preocupaciones de los congresistas, radicando una propuesta para bajar el monto a $547 billones.
En resumenPara asegurar la aprobación de su reforma tributaria, el Gobierno ha señalado su disposición a reducir el recaudo esperado en $10 billones. Esta significativa concesión busca construir un consenso en el Congreso y evitar el fracaso total de la iniciativa fiscal.