Por su parte, Javier Díaz, de Analdex, señaló que los mayores costos logísticos derivados del impuesto a los combustibles comprometen la meta exportadora del país. La preocupación central es que, al exprimir a los sectores formales que ya soportan una alta carga tributaria, se desincentiva la inversión, se frena la generación de empleo y se consolida un modelo poco competitivo que expulsa a los inversionistas.
