La firma Crowe Co estima que un hogar promedio podría gastar entre $20.000 y $40.000 adicionales al mes solo por este concepto.
A esto se suman nuevos impuestos al consumo, como el IVA del 19% a boletas de espectáculos que superen los $500.000, y el aumento de gravámenes a bienes de consumo habitual como la cerveza y los licores. La senadora Angélica Lozano ha sido enfática al afirmar que la reforma “clava de frente y duro a la clase media”. Además, se proponen cambios en el impuesto de renta para personas naturales que, según el exdirector de la DIAN Lisandro Junco, afectarían a asalariados con ingresos desde $6.200.000 mensuales, eliminando beneficios como la deducción por hijos. El proyecto también contempla un IVA del 19% a las cuotas de administración en propiedades horizontales no residenciales, lo que, según Fenalco, podría trasladarse a los precios de bienes y servicios ofrecidos en locales comerciales, afectando indirectamente al consumidor final. En conjunto, estas medidas son percibidas como una carga que limitará la capacidad de ahorro y consumo de un sector clave para la economía del país.