Uno de los puntos más controvertidos de la reforma tributaria es el incremento gradual del IVA a los combustibles, que llegaría a la tarifa plena del 19% para la gasolina en 2027 y para el ACPM en 2028. La medida ha sido justificada por el presidente Gustavo Petro con una frase que desató una tormenta de críticas: “el pobre no usa casi la gasolina”. El Gobierno argumenta que el alza busca reducir exenciones, desincentivar el uso de combustibles fósiles y alinear los precios con los costos sociales y ambientales. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, ha intentado minimizar el impacto, calculando que el incremento inicial sería de aproximadamente $460 para la gasolina y $250 para el ACPM, calificándolo de “incidencia marginal”.
Sin embargo, la justificación del presidente Petro fue recibida con un rechazo generalizado. Críticos de diversos sectores, incluyendo analistas, gremios y ciudadanos, señalaron la profunda desconexión de la afirmación con la realidad colombiana. Se argumenta que millones de personas de bajos ingresos dependen de la gasolina para sus motocicletas, que son su principal herramienta de trabajo y medio de transporte, así como para maquinaria agrícola y lanchas en zonas rurales. Además, se advierte que cualquier aumento en los combustibles genera un efecto inflacionario en cadena, encareciendo el transporte público y el costo de los alimentos, lo que golpea directamente a los hogares más vulnerables. Varios artículos recalcan que en Colombia circulan cerca de 13 millones de motocicletas, la mayoría pertenecientes a estratos populares, y que el 90% de lo que se mueve en el país depende del transporte terrestre. La frase presidencial ha sido catalogada como una simplificación que ignora la estructura económica y social del país, convirtiéndose en un símbolo de la oposición a la reforma.
En resumenLa propuesta de elevar el IVA a los combustibles al 19% ha generado una fuerte oposición, exacerbada por la controversial afirmación del presidente Petro de que 'el pobre casi no usa gasolina'. Los críticos advierten sobre un inevitable impacto inflacionario en el transporte y los alimentos, afectando desproporcionadamente a los hogares de menores ingresos y a los trabajadores que dependen de motocicletas y vehículos pequeños para su sustento.