El Gobierno Nacional ha radicado en el Congreso una controvertida reforma tributaria, denominada 'Ley de Financiamiento', con el objetivo de recaudar 26,3 billones de pesos para cubrir el déficit del Presupuesto General de la Nación de 2026. La propuesta, calificada por el Ejecutivo como progresiva y necesaria para la sostenibilidad fiscal, ha desatado una ola de críticas de gremios, oposición y analistas que la consideran un duro golpe para la economía y los hogares colombianos. El proyecto de ley, presentado por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, el 1 de septiembre, se estructura en torno a varios ejes, incluyendo la ampliación de la base del IVA a nuevos bienes y servicios, modificaciones en el impuesto de renta para personas naturales y jurídicas, y la creación de nuevos gravámenes ambientales y al consumo. El presidente Gustavo Petro ha defendido la iniciativa, asegurando que “la Reforma Tributaria va hacia los más ricos del país” y que se enfoca en gravar dividendos, herencias, hidrocarburos y vehículos de energías fósiles, sin tocar la canasta familiar. Sin embargo, esta visión contrasta fuertemente con la percepción de diversos sectores. El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, la calificó como “probablemente el proyecto que más va a afectar a las familias colombianas” y “la reforma tributaria más dura con los hogares de toda la historia”.
Por su parte, el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo ha expresado que no le ve “viabilidad política” y ha pedido al Congreso no aprobarla sin un recorte significativo del gasto público.
Críticos como Simón Gaviria han sido más tajantes, afirmando que es una “reforma contra los pobres, la clase media y el empleo” que “no debe negociarse, debe hundirse”.
La propuesta enfrenta un ambiente político adverso en el Congreso, donde se anticipa un debate complejo sobre su conveniencia en un contexto de desaceleración económica y presiones inflacionarias.
En resumenLa reforma tributaria del Gobierno Petro, que busca un recaudo histórico de $26,3 billones, se encuentra en el centro de una fuerte controversia. Mientras el Ejecutivo la defiende como una medida de equidad fiscal enfocada en los más ricos, gremios empresariales, analistas y la oposición la critican duramente por su potencial impacto negativo sobre la clase media, el consumo y la competitividad económica del país.