Esta decisión ha sido cuestionada por gremios y analistas, quienes señalan que desincentiva un paso intermedio crucial para la modernización del parque automotor en un país con infraestructura de carga eléctrica aún incipiente.

Adicionalmente, la reforma propone incrementar el impuesto al consumo para las motocicletas con cilindraje superior a 200 c.c., pasando del 8% actual al 19%.

Este aumento impactaría significativamente el precio final de modelos populares que son utilizados no solo para recreación, sino también como una alternativa de transporte. Por ejemplo, una motocicleta de 15,7 millones de pesos podría encarecerse en más de tres millones, afectando a un segmento importante de la clase media.