La reforma tributaria propone aumentar la carga impositiva sobre ciertos vehículos, incluyendo híbridos y motocicletas de alto cilindraje, lo que ha generado críticas por una aparente contradicción con los objetivos de transición energética del Gobierno. La medida busca, según el Ministerio de Hacienda, corregir beneficios tributarios y aumentar el recaudo en segmentos de mayor valor. El proyecto plantea elevar el IVA para los vehículos híbridos del 5% al 19%, igualando su tarifa a la de los vehículos de combustión. El Gobierno argumenta que el beneficio inicial buscaba estimular la movilidad sostenible, pero la evaluación mostró que el impacto de los híbridos en la reducción de emisiones es "limitado" en comparación con los vehículos 100% eléctricos. Por ello, se decidió redirigir los incentivos hacia tecnologías de cero emisiones.
Esta decisión ha sido cuestionada por gremios y analistas, quienes señalan que desincentiva un paso intermedio crucial para la modernización del parque automotor en un país con infraestructura de carga eléctrica aún incipiente.
Adicionalmente, la reforma propone incrementar el impuesto al consumo para las motocicletas con cilindraje superior a 200 c.c., pasando del 8% actual al 19%.
Este aumento impactaría significativamente el precio final de modelos populares que son utilizados no solo para recreación, sino también como una alternativa de transporte. Por ejemplo, una motocicleta de 15,7 millones de pesos podría encarecerse en más de tres millones, afectando a un segmento importante de la clase media.
En resumenEl Gobierno busca mayor recaudo gravando más fuerte a vehículos híbridos y motos de alto cilindraje, argumentando una reorientación de los incentivos fiscales. Sin embargo, los críticos señalan que estas medidas podrían frenar la renovación del parque automotor y contradecir la narrativa de una transición energética justa, afectando a consumidores de clase media.