La presidenta del Carf, Astrid Martínez, señaló que el gasto público pasó del 18,7 % al 23,2 % del PIB entre 2018 y 2024, mientras los ingresos apenas subieron del 16,2 % al 16,5 %.

Esta brecha, sumada a una baja ejecución presupuestal en inversión, alimenta la narrativa de que el problema no es de falta de ingresos, sino de una gestión ineficiente y una “burocracia inflada”. Políticos de oposición, como el expresidente César Gaviria, acusan al Gobierno de “ahogar con más impuestos a los trabajadores y a las empresas, con el único propósito de financiar pretensiones burocráticas y clientelistas”.