La nueva propuesta fiscal del Gobierno introduce cambios significativos en el impuesto de renta y patrimonio para personas naturales, con el objetivo de aumentar la progresividad y el recaudo proveniente de los contribuyentes de mayores ingresos. Las modificaciones incluyen un aumento en las tarifas marginales, la eliminación de beneficios tributarios y una ampliación de la base del impuesto al patrimonio. En materia de renta, aunque se mantienen exentos los ingresos anuales de hasta 1.090 UVT, se ajustan los tramos superiores. La tarifa marginal para ingresos entre 1.700 y 4.100 UVT subirá del 28 % al 29 %, y se introduce una nueva tarifa máxima del 41 % para quienes superen las 31.000 UVT anuales.
Además, se proponen medidas que afectan directamente a la clase media trabajadora, como la eliminación de la deducción por dependientes, un alivio que beneficiaba a hogares con hijos o familiares a cargo.
También se busca eliminar el descuento del 19 % para dividendos superiores a 1.090 UVT.
En cuanto al impuesto al patrimonio, la reforma propone reducir el umbral de entrada de 72.000 UVT ($3.585 millones) a 40.000 UVT ($1.992 millones), lo que ampliaría el número de declarantes en más de 105.000 personas.
Asimismo, se establecen tarifas progresivas que van desde el 0,5 % hasta un máximo del 5 % para los patrimonios más altos.
Analistas como el abogado Mauricio Marín Elizalde han advertido que estas medidas podrían provocar una fuga de capitales y desincentivar la planificación patrimonial.
En resumenLos cambios en los impuestos de renta y patrimonio buscan que las personas de mayores ingresos contribuyan más, pero la eliminación de deducciones y la ampliación de la base gravable del patrimonio podrían afectar también a la clase media y, según expertos, desincentivar la inversión en el país.