Además, tendrán una vigencia de hasta 15 años para su redención, ofreciendo mayor flexibilidad en la planificación fiscal. Esta medida mejora significativamente el esquema anterior, que limitaba la deducción a cinco años y dependía de que la empresa tuviera utilidades suficientes. La reforma también ratifica la exención de IVA y aranceles para la importación de equipos solares, eólicos y de eficiencia energética, y mantiene la depreciación acelerada de activos.

Estos beneficios se aplicarán también a proyectos que ya habían iniciado inversiones pero que aún no están en operación, buscando reactivar iniciativas que se frenaron por falta de financiación.