La radicación de la reforma tributaria ha desatado una ola de críticas y oposición por parte de diversos sectores políticos y gremiales del país. Líderes de la ANDI, Fenalco, AmCham Colombia y Fedesarrollo, junto a figuras políticas como el expresidente César Gaviria, han calificado la iniciativa de inoportuna, excesiva y perjudicial para la economía, advirtiendo sobre su impacto negativo en la clase media, la inversión y la competitividad. Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, la describió como "probablemente el proyecto que más va a afectar a las familias colombianas" y "la más dura con los hogares de toda la historia", argumentando que gravar los combustibles equivale a un impuesto sobre toda la canasta familiar. Por su parte, Jaime Alberto Cabal, de Fenalco, lamentó que se exija a los ciudadanos asumir los costos de una "mala gestión fiscal" en lugar de que el Estado "se apretara el cinturón". María Claudia Lacouture, de AmCham Colombia, insistió en que la solución a la crisis fiscal no son más impuestos, sino "disciplina del gasto, crecimiento e inversión".
Políticamente, el expresidente Gaviria la calificó como "un verdadero despropósito" que asfixia a sectores estratégicos. El ambiente en el Congreso es adverso, con senadores de varias bancadas anticipando que el proyecto se hundirá, especialmente en un año preelectoral. En defensa, el ministro del Interior, Armando Benedetti, tildó de "cínicos y mentirosos" a los opositores, asegurando que la reforma no gravará a la clase media ni la canasta familiar, sino que se enfocará en dividendos, herencias e hidrocarburos.
En resumenLa reforma tributaria enfrenta una sólida oposición de los principales gremios empresariales y figuras políticas, quienes la consideran perjudicial para los hogares y la economía, y exigen austeridad fiscal al Gobierno. A pesar de la defensa oficial, el proyecto tiene un ambiente desfavorable en el Congreso, lo que augura un difícil trámite legislativo.