La propuesta contempla una revisión integral de los beneficios tributarios existentes y la creación o ajuste de varios gravámenes. Entre las medidas que se han dado a conocer se encuentran la imposición de IVA a los juegos de suerte y azar en línea, que actualmente están exentos; el aumento de impuestos al consumo de licores y tabaco; una actualización al impuesto al carbono para desincentivar el uso de combustibles fósiles; y un incremento en la tarifa sobre las ganancias ocasionales, que afectaría herencias y premios de lotería. Adicionalmente, se planea aumentar la progresividad en el impuesto de renta y patrimonio, e incluso se ha mencionado la posibilidad de establecer tributos para las iglesias. El Gobierno ha justificado la reforma como una herramienta indispensable para garantizar la estabilidad fiscal del país y financiar programas sociales, aunque enfrenta un considerable escepticismo y oposición en el ámbito político y económico.